Albada 312


APUNTES
(7 de octubre de 2012)



El otoño arrecia y se lleva lejos las primeras hojas amarillas. También se marchan las risas de los niños que jugaron en mi calle, menos risueñas han vuelto al colegio de la mano de sus madres. Las golondrinas este año están tardando más en juntarse y emprender el viaje. Estos atardeceres se las ve aún haciendo piruetas, despachando con prisa los últimos insectos, viejos mosquitos locos, saltamontes de cara de caballo, evanescentes mariposas… pronto, todos, cáscaras huecas.
Si las aves azules no se dan prisa el bramido de los ciervos bajo la lluvia se les juntará con el viento repleto de las voces de los pinos y les hará más difícil la partida. Será entonces un remolino de alas atravesando el monte, muy abajo el agua fría de los ríos, más lejos todavía las piedras esquivas de sus lechos y apenas garabatos las desnudas ramas. Pero ahora aún alcanzo a adivinar sus largas colas puntiagudas columpiándose sobre los cables del tendido eléctrico. Gráciles, mientras el Poniente incendia poco a poco la metálica luz del otoño, parecen querer guardarse la imagen de nuestra tierra en calma que pronto cambiarán por la alta mar.
En la casa de invierno de la sabana africana sus retinas amontonarán recuerdos de pellas de barro bajo los soportales y de hierba seca trenzada al sol entre las vigas de madera de los viejos cobertizos. Cuando miles de kilómetros descansen bajo sus pequeñas alas habrán quedado ya muy atrás los carrizales helados de nuestras lagunas.
El sol de primavera y las flores blancas del ciruelo recibirán de vuelta a las golondrinas, más azules cada año de tanto beberse el cielo. Ellos y yo las esperaremos, siempre.
SIETE DE OCTUBRE DÍA MUNDIAL DE LAS AVES. Apunto en mi cuaderno: Primer propósito, levantar la vista un momento y saludar a un gorrión, ese vecino diminuto cuyos ojos, brillantes botones de charol, te ven pasar por la ciudad mientras el otoño se te cuela por el cuello de la chaqueta. Compartir con él la ternura de un amanecer sería otro feliz atrevimiento.  






2 comentarios:

  1. he sentido que llegaba el otoño con la huida...

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  2. Quién fuera Golondrina para poder disfrutar de tan hermosos y contrastados paisajes, o mejor aún, quién fuera ese diminuto e inteligente Gorrión para poderse acercar o escapar a voluntad de Homo sapiens.

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